La puerta se cierra a mi espalda al tiempo que oigo su voz firme…

—No sigas andando. Quiero que te desvistas ¡Ya! 

Sus deseos son órdenes y pronto mi camisa, pantalones y calzoncillos están amontonados en el suelo a mis pies.

Se acerca por detrás y me empuja por la espalda hasta ponerme de cara a la pared. Siento cómo su cuerpo se pega al mío con fuerza, hasta pegar mi pecho, mi cara, mis piernas contra ella. Siento sus pechos, sus caderas pegados a mí. Su mano izquierda sujeta mi frente a la pared mientras me besa en el cuello, con prisa, exponiendo su deseo, su dominio…

Recorre mi cuello con su lengua al tiempo que su mano derecha agarra mis huevos, estruja mi polla que ha empezado a babear… se endurece…

Excitado, gimo de dolor cuando siento cómo retuerce mis pezones, los pellizca, tira de ellos. La mano que sujetaba mi cabeza tapa mi boca y su cuerpo se aprieta más a mí ya que he empezado a encogerme por el dolor, y quiere que aguante estoico, firme.. Le encanta ese control, ese dolor que me infringe…

—No olvides quién manda aquí —me dice mientras me gira y me levanta la barbilla para que se encuentren nuestros ojos… Los míos entreabiertos, miedosos…los suyos grandes, brillantes, posesivos.. La miro con sorpresa y sumisión tras el bofetón que acaba de darme.

—Muchas gracias mi…sssssssshhhhhh me interrumpe colocando su dedo en mis labios…Aquí solamente hablo yo…me dice mirándome a los ojos.

Me besa y de su bolsillo saca una mordaza de bola que me coloca mientras sonríe…

—Estás muy guapo calladito…susurra mientras con su mano acaricia mi cara. 

—¿No dices nada, perro? dice a continuación levantando el tono de voz. Te vas a arrepentir por no haber agradecido a tu Ama esta bienvenida. De rodillas.

Obedezco y Usted se gira alejándose por el pasillo. Puedo ver sus botas, sus panties negros, su falda de cuero fusionada a su cadera con un cinturón ancho, su blusa…Lleva el pelo recogido en un moño alto…

Sus tacones no tardan en oírse de nuevo y en sus manos lleva un collar y una correa. Mi collar y mi correa…

Al acercarse a mí agacho la cabeza hacia Usted permitiendo que me coloque el collar al que ya tiene sujeta la correa. Pega un tirón para indicarme que me tiene en sus manos y que debo seguirla a cuatro patas, fiel a mi condición…

Camina despacio, sin prisa, con un hombre a cuatro patas pegado a Usted. Se siente poderosa…

Llegamos al salón y se sienta. De rodillas frente a mi Ama espero con la mirada fija en el suelo. Siento que me observa en silencio.

—¿Ya estás cachondo, perrito?. Estira su pierna y con la punta de su bota levanta mi barbilla para que la mire a los ojos. Tira de la correa y me acerca más a Usted. Su mirada me quita las ganas de excitarme, mis deseos de tocarla… 

—Separa las piernas puta. Ahora su bota golpea mis muslos hasta que me tiene en la posición que desea… esa que le permite pisar mi polla, buscando con la puntera mis huevos…

La mordaza me impide quejarme, gemir…sólo me permite babear. Me pisa y aplasta mi flácida polla contra el suelo y cada vez que intento separarme, alejarme de Usted, de sus pisotones, me responde con un tirón de la correa.

—En pie perro. Quítame la falda. No tenemos todo el día así que más vale que te des prisa.

Me incorporo y girando de rodillas alrededor de Usted busco la cremallera que empiezo a bajar con cuidado ayudando luego con mis manos a que la falda de cuero deslice por sus piernas.

Le encanta verme desde arriba, dominante, observándome tan sumiso, tan suyo. Levanta una pierna y luego la otra quedando al fin la falda en el suelo. Observo lujurioso su sexo depilado a través de los panties… Un bofetón fuerte e inesperado me saca de mi fantasía.

—Eso por lento. ¿Te gusta lo que ves? ¿Ya estás salivando como una perra en celo?

Vuelve a sentarse con su perro arrodillado entre sus piernas que abre y cierra de forma sensual, excitándome, jugando conmigo, hasta permitir que acerque mi cabeza a sus rodillas para quitarme la mordaza. 

—Si quieres más, vas a tener que ganártelo sumiso. Me pone un antifaz para que no siga mirando, castigándome con la privación sensorial.

 Se levanta y la siento caminar a mi alrededor. Los minutos se me hacen eternos porque no sé qué va a hacer ahora.

—Abre la boca.

Obedezco sin rechistar. Está de pie a mi lado y tirando de mis orejas guía mi cabeza directamente hasta su polla, la polla negra y estriada de un arnés que se ha colocado a la cintura…

—Chupa.

 Son órdenes cortas pero dadas con voz firme. Le excita muchísimo verme lamer, chupar, tanto que siente impulsos de follarme la boca.

—Vaya. Resulta que mi sumiso es una puta come pollas. ¿Ya controlas las arcadas?. Nada más decirlo mete la polla más adentro, empieza a entrar y salir, excitándose al ver cómo aguanto las embestidas.

—Como lo estás disfrutando, putita. ¿Te gusta que te folle la boca?

Como puedo asiento con la cabeza y con la boca llena. Sonríe, satisfecha y tras seguir con el mete saca un rato más la saca de mi boca babeante entendiendo que ya es hora de prepararme el culo.

 —La cabeza al suelo perro. Besa y agradece.

Extiende su bota ante mí y espera impaciente, pero con el antifaz muevo torpemente la cabeza en el aire sin encontrar su pie. Impaciente busca y golpea con la puntera mi mentón.

—Ya sabes lo que tienes que hacer.

—Gracias Ama, por tratarme como la puta que soy. Aún babeo cuando beso su bota.

 —¿Y ahora me babeas las botas? Se acabó

Cogiéndome directamente del collar me levanta y me lleva hasta la mesa donde empuja mi pecho hasta quedar allí, expuesto, sobre la mesa, con las piernas abiertas.

—Saca el culo todo lo posible como a mí me gusta, zorra.

Me pego más a la mesa nervioso, encogido. No sé qué hará. Me asusta que me meta esa polla tan grande que hace unos minutos entraba y salía de mi boca.

Doy un respingo cuando siento con fuerza el flogger acariciando mi piel, llegando incluso a morder mis testículos. Ha empezado a azotarme con ganas…duele…

Empiezo a retorcerme y cogiéndome por el cuello de manera que aplasta mi cara contra la mesa me dice al oído que no me mueva, que aguante o que me vaya. Continúa sujetando mi cuello con fuerza, ahora en silencio, poderosa…

 Zaaaas, zaaaas, zaaaas, zaaaas… 

—¿Qué se dice?

—Lo siento, Ama, me disculpo con la voz entrecortada…

—Muy bien, perrito, me dice con voz suave mientras empieza a pasar sus manos por mis nalgas doloridas que intuyo rojas, rojas… Cómo la pone verme tan ofrecido y vulnerable…

Oigo cómo se aleja y echa algo en un vaso del que bebe. Luego se acerca a la mesa y agachándose frente a mí me quita el antifaz y pasando su mano con delicadeza por mi cara me pregunta si quiero beber algo…

—Un poco de agua por favor. Gracias Ama.

No responde. Se sonríe, se incorpora y se aleja. Pasan unos minutos antes de oir sus tacones y volver con algo en su mano que no puedo ver con la cara pegada a la mesa pero que a priori no parece precisamente un vaso. Rodea la mesa hasta colocarse justo detrás de mí apoyando su cuerpo contra el mío, sintiendo sus pechos sobre mi espalda.

Con su brazo izquierdo aprieta mi cuello contra la mesa y con su mano derecha acerca sus bragas a mi rostro. Empieza a restregar sus bragas usadas por mi cara y mi nariz aplastadas contra la mesa. Sus bragas huelen a orina pero no puedo evitar olerlas dado que las aprieta con fuerza contra mi nariz.

—Abre la boca que te va a gustar puta.

Aprieta fuertemente su antebrazo izquierdo contra mi cuello y a la vez aprieta con los dedos mi nariz. Necesito aire y abro la boca para poder respirar momento en que con su mano derecha introduce sus bragas en mi boca. Las empuja con fuerza hasta meterlas por completo notando el tejido en mi garganta. Comienzo a sentir náuseas, ya que tocan mi paladar y a la vez desprenden un fuerte olor. 

Sin aflojar la presión sobre mi cuello, con su mano derecha mantiene mi boca cerrada, apretando mis labios hasta que intuye que mi estúpida mente ha comprendido lo que desea.

—Qué mejor mordaza que las bragas de tu Ama… me susurra al oído. Sabes que no eres digno de ello pero me siento bondadosa…La saliva que vas a generar aplacará tu sed puta. Muy bien, eso es…que no se salgan. No me hagas ese desprecio o lo lamentarás.

Se incorpora y me da una cachetada antes de situarse delante de mí. En sus manos tiene un par de guantes de látex que empieza a colocarse sin prisa y con toda la intención de intimidarme. Luego se pone el otro y acercándose a mí, comienza a pasar un dedo enguantado por mi frente, mis ojos, mi cara, mi barbilla…

Rodea la mesa y sigue jugando con mi espalda, mis nalgas, mis gemelos…hasta llegar a los tobillos.

Pasa sus manos entre mis piernas y agarra mis testículos con una mano. Un dedo de la otra se acerca a mi culo para introducirse dentro, en círculos, sin prisa…

Y en esa posición, con su dedo dentro de mi culo, apoya sus pechos en mi espalda, besa mi cuello, deja caer su saliva por mi mejilla…quiere mantenerme excitado, quiero que me relaje, que la permita jugar…

Saca su dedo y al momento siento de nuevo la presión sobre mi orificio, con un dedo frío, resbaladizo, lubricado…Lo vuelve a meter y parece que una vez lo ha conseguido quiere meter un segundo dedo.

—Mmmmm me encanta estar encima de ti y ver tu cara de vicio, de deseo, pidiéndome más…pero qué puta eres. Estoy deseando follarte este culo tan bonito y correrme mientras lo hago. Esto último es apenas un susurro contra mi oído que provoca que me estremezca, que se me ponga la piel de gallina.

Sigue trabajando mi culo. Sus dedos entrando y saliendo lo van dilatando poco a poco. Con su otra mano ha empezado a masajear mi babeante polla que va aumentando de tamaño. Noto como sus piernas cubiertas de nylon se rozan con las mías. Como frota sus pechos sobre mi espalda. Quiere que note sus pezones, que sienta lo excitada que está. Y me quiere muy excitado también.

Cuando ya no puede más se separa y se prepara para follarme con el arnés. Lo lubrica en silencio. Sólo puedo oír su mano enguantada subir y bajar por su polla. Se apoya y empieza a meterlo poco a poco, diciéndome lo mucho que le gusta hacerme suyo así. Con delicadeza empieza a penetrarme.

Gimo, con un gemido ahogado por sus bragas en mi boca, cuando entra del todo, cuando me siento lleno. De nuevo se inclina sobre mí y me besa en el cuello, apoya sus pechos en mi espalda, pasa sus dedos por mi cara, me excita, pasa sus dedos por mis labios. Disfruta. Se incorpora.

Despacio empieza a moverse dentro de mí.

Me folla más rápido, le gusta y observándome parece gustarme. Se recrea viendo cómo reacciono y sigue follándome. Usando el dolor para excitarme busca uno de mis pezones y lo pellizca. Palmea mis nalgas, incluso los muslos.

—Mira, perrito, mira cómo haces disfrutar a tu Ama me dice mientras me folla a un ritmo salvaje que la hace gemir como una loca hasta correrse. Nadie te va a follar así el culo nunca, jamás, solo yo. Eres mío.

Empieza a quitarse el arnés de la cintura pero dejando la polla dentro de mi culo. Está tan mojada, tan excitada que aprieta los muslo para poder sentir las vibraciones con más fuerza aún. Me coge del collar y me levanta de la mesa.

—Sujétalo con las manos perro y que no se te salga. Ahora siéntate en el suelo con la polla dentro. Quiero ver lo puta que eres. Quiero alargar mi placer, que desees que te folle una y otra vez, quiero seguir disfrutando de tu culo un poquito más. 

Aprieta mi cara contra su sexo. Aún lleva los panties puestos pero puedo sentir el olor, la humedad. Sé que no me dejará comérselo, disfrutarlo, pero me siento agradecido de que disfrute conmigo de esa manera.

En esa posición, con mi cara pegada a su sexo, se recupera de su orgasmo. Solo necesita unos segundos, para que empiece a mover su sexo despacio contra mi cara.

Noto su excitación. Con su bota busca mi polla que pisa. Me quejo un poco. Sin dejar de pisar mi polla, tira de mi pelo con fuerza levantando mi cabeza hasta que nuestros ojos se encuentran.

—Voy a aplastar tus huevos porque eres mío.

Mis ojos reflejan miedo. Se ríe. De momento aprieta un poco más mi polla con su bota. Es embriagador ver cómo me quedo quieto cada vez que aprieta un poco.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si acepta o continúa navegando, consideramos que acepta su uso.    Más información
Privacidad